¿Qué es la herida materna y cómo se manifiesta en la vida adulta?

¿Alguna vez sentiste que algo te faltó, aunque tu madre estuvo presente?


No siempre sabemos cómo nombrarlo, pero muchas veces lo que duele es lo que no pasó: Ese abrazo que no llegó, esa mirada que no sostuvo, esa guía que no supo cómo estar.

Eso también es herida. Eso también se queda guardado en el cuerpo, en el alma y en los vínculos. Y es más común de lo que imaginas.

¿Qué es la herida materna?

No se trata solo de madres ausentes o relaciones conflictivas. A veces es todo lo contrario: mamá estuvo, pero no en el modo que necesitabas.

La herida materna es una herida emocional profunda que se origina cuando no recibimos presencia emocional, validación, cuidado, límites seguros o amor incondicional en nuestra infancia. Y no es sobre culpa, ni sobre juzgar a mamá. Muchas veces, ella tampoco lo recibió.

¿Cómo se manifiesta esta herida en la adultez?

  • Culpa al poner límites o al priorizar tu bienestar

  • Exigencia constante para sentirte suficiente

  • Dificultad para recibir amor, contención o cuidado

  • Búsqueda inconsciente de aprobación

  • Sensación de ser “una carga” o de “no merecer”

  • Ansiedad al mostrar tu verdadero ser

  • Mecanismos de hiperindependencia o dependencia emocional

  • Dinámicas de maternar a otras personas o esperar que te maternen

Y muchas veces, no hay palabras. Solo un vacío. Un anhelo profundo. Un “algo” que no se vivió y que el cuerpo recuerda.

Una historia personal…

Durante muchos años, pensé que no tenía una herida materna. Había crecido con mamá presente, y no recordaba conflictos graves. Pero cuando nació mi hijo, algo se activó.

En momentos donde necesitaba consuelo, guía o contención… no sabía a quién acudir. Me sentía sola, y eso me enfrentó con una verdad interna:
había algo que nunca había recibido, aunque no podía ponerle nombre.

Ahí fue cuando empecé a ver con claridad esa parte de mí que había aprendido a “estar bien” sin estar realmente acompañada. Ahí comenzó mi propio proceso de sanación.

Esta herida no empezó contigo. Probablemente tu madre también hizo lo mejor que pudo. Pero cuando venimos de linajes donde generaciones de personas no fueron vistas, amadas ni cuidadas emocionalmente… la herida se hereda. Y se expresa en tu cuerpo, tus emociones y tus vínculos.

La buena noticia es que sí se puede sanar.

Sanar es volver a ti

Sanar la herida materna es:

  • Dejar de repetir patrones que ya no te sirven

  • Aprender a cuidarte sin sentir culpa

  • Reconocer tu valor sin necesidad de aprobación

  • Maternarte desde tu adulto presente

  • Abrirte a relaciones donde puedas ser tú, sin máscaras ni perfección

¿Por dónde comenzar a sanarla?

🎧 Escucha este episodio de mi podcast Soberanía Consciente
Comparto cómo descubrí esta herida en mí, y cómo comenzó mi propio proceso de sanación:
👉
118 - La Herida Invisible – Orfandad

📲 Únete a mi grupo privado de WhatsApp
Recibe reflexiones íntimas, audios exclusivos y recursos detrás del libro Transforma tu Herida Materna, cómo sanar lo que no comenzó contigo, que será publicado en Mexico a finales de Mayo, y en USA a finales de Agosto por la editora Diana parte de Grupo Planeta:
👉
Haz clic aquí para unirte

📬 Suscríbete a mi lista de correos
Te enviaré correos con reflexiones profundas, contenido exclusivo y formas de acompañarte en tu proceso →
www.lydianagarcia.com

No estás solo, sola, sole

Sanar la herida materna no es un lujo. Es una necesidad emocional y espiritual. Y hacerlo te permite abrir espacio para una vida más libre, más tuya, más amorosa. Porque mereces ser visto, contenide, cuidado. Y eso comienza contigo.

🫶 ¿Te resonó este artículo? Compártelo con alguien que necesite leerlo hoy o déjame un comentario. Te leo.

Con amor,

Lydiana

Anterior
Anterior

Sentirse insuficiente para mamá: una herida silenciosa que podemos transformar

Siguiente
Siguiente

El origen de Transforma tu herida materna